10/1/08

Alhambra de Granada

Es el modelo de ciudad-palacio por excelencia. Tiene una parte militar (alcazaba, murallas y torres) y otra civil (mexuar); una oficial (Cuarto de Comares) y otra privada (Patio de los leones).

El palacio real que hoy se conserva fue construido por Yusuf I (1333-1354) y Muhammad V (1354-1358 y 1362-1391).

La casa real vieja es un conjunto de construcciones agrupadas de forma irregular, pero al mismo tiempo con un extraordinario sentido del rigor espacial. Las distintas estancias se articulan por medio de patios, comenzando por el de ingreso y el de Machuca —desaparecidos casi por completo— que conducían al mexuar o salón de justicia. Entre éste y el patio de los Arrayanes aparece una pequeña obra maestra, el patio del Cuarto Dorado, cuya sorprendente fachada al Cuarto de Comares sirvió de modelo para numerosas obras hispanomusulmanas posteriores. Se concibió como palacio independiente. Pasadas estas estancias se abre el patio de los Arrayanes, una de las piezas fundamentales de la Alhambra gracias a sus prodigiosas proporciones, tensadas por la alberca longitudinal que divide su planta. En uno de los extremos del patio se alza la torre de Comares, cuya majestuosa mole cuadrada preside el espacio público del patio y cuyo interior ocupa, precedido por la sala de la Barca, el magnífico salón de Comares, un espacio de gran altura que constituye la parte más solemne del palacio granadino. A la derecha del patio de los Arrayanes se encuentra el patio de los Leones, considerado uno de los momentos culminantes del arte islámico y construido por Muhammad V a semejanza del paraíso soñado por los fieles musulmanes. Tiene una fuente donde se refleja la Torre de Comares.


La fuente se encuentre en el centro rodeada por 12 leones. Este patio se encuentra rodeado de habitaciones.
Junto con los baños, situados en el piso inferior, constituye el centro de la vida íntima de la corte, organizada alrededor del agua en una exaltación del refinamiento espacial y decorativo. Entre las estancias que rodean al patio de los Leones destacan la sala de Dos Hermanas, que repite la composición espacial del patio y se ilumina de luz natural a través de una excepcional cúpula de mocárabes; la sala de los Abencerrajes, cubierta por una cúpula similar a la anterior, y la sala de los Reyes, sorprendente por sus pinturas figurativas inusuales en el arte islámico medieval. El conjunto de palacios y estancias de la Alhambra se sucede en los restos del antiguo palacio y los jardines del Partal, y más adelante en algunas torres de sus murallas, como la de la Cautiva o la de las Infantas, guardianas de un misterioso encanto estrechamente relacionado con las leyendas que les dan nombre.


La Alhambra se convirtió en palacio de los reyes cristianos desde la toma de Granada por los Reyes Católicos, en 1492. Su nieto, Carlos I, mandó construir junto al palacio musulmán un edificio renacentista que sirviera de puerta solemne revestida de cristiandad. Pese a ello, el edificio se abandonó y fue deteriorándose con el paso del tiempo hasta que, alertado por los viajeros extranjeros, el estado español acometió su restauración en 1862. Su naturaleza oriental y paradisíaca siempre ha exaltado la imaginación popular y la de numerosos escritores, especialmente a partir del romanticismo.

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