La Mezquita de Córdoba

Constituye el monumento más importante del arte hispano-musulmán junto a La Alambra. Fue iniciada por Adberramán I en 786 con una cabida para 5000 personas. Fue levantada sobre los restos de la basílica de San Vicente, que había sido previamente comprada a los cristianos.

Se hizo de once naves, de 12 tramos cada una, perpendiculares a la quibla, siendo la central más amplia y separada por columnas con arcos de herradura.
La estructura compuesta por superposición de arcos está inspirada en formas romanas como las desarrolladas en los acueductos de Mérida.

Adberramán II hizo la primera ampliación en el año 833. Derribó el muro de quibla y utilizando capiteles nuevos aumentó las naves en 8 tramos hacia el sur manteniendo el esquema anterior.

Adberramán III hizo la ampliación del patio de la mezquita hacia el norte y levantó el alminar o minarete.

La intervención de Alhakén II supuso la culminación de todos los esfuerzos anteriores, es la gran reforma de la mezquita. Se vuelve a tirar la quibla y se amplía la sala de oración hacia el sur introduciendo novedades como la utilización de cúpulas en los extremos de la nave axial, a los pies y ante el mirhab. Crea la macsura que es la zona más decorada.

Se crean todo tipo de piezas y arcos lobulados, así como los entrecruzamientos y superposiciones de arcos de diverso tipo. En el lugar donde estuvo el mirhab se disponen magníficas bóvedas de crucería. En el arco del mirhab y en la bóveda se disponen mosaicos bizantinos, al mismo tiempo que se prodiga una decoración con motivos epigráficos y vegetales.

Por último, Almanzor (S. X), bajo el reinado de Hixem II, proyectó una ampliación por todo el costado este sin grandes novedades, únicamente la construcción de 8 naves más.